Una de las primeras observaciones con las que se cruzan muchxs de mis pacientes en consulta por parte de sus terapeutas, es que las no monogamias están ligadas a un miedo al compromiso.
Pese a que hay excelentes psicólogos y psicólogas que se han preocupado en formarse en todo lo relativo a relaciones alternativas y disidencias sexuales, lo normativo sigue prevaleciendo, y esto significa que muchos terapeutas consideran que las no monogamias equivalen a una alergia a comprometerse lo más mínimo con tu “pareja”.
Pero, ¿cuánto de cierto hay en eso?
No solo es que las personas no monógamas seamos menos comprometidas por defecto, sino que la mayoría de nosotras lo estamos con más de una persona y no sólo con nuestros VISAs. En mi caso, estuve 17 años con el que fue mi marido👰🏽 (con el cual mantengo una bonita relación), llevo 38 años (casi toda mi vida) codo con codo con mi mejor amiga👩❤️👩, tengo algunos vínculos hoy en día que saben que me van a tener ahí por mucho tiempo; en lo formal, he estado involucrada a largo plazo con distintos proyectos, trabajos, ONGs, he dedicado 8 años de mi vida a estudiar Psicología y Masters. ¿Dónde está la falta de compromiso?
No me imagino a un psicólogo diciéndole a uno de sus clientes: antes solo jugabas a fútbol, pero como ahora también haces atletismo y de vez en cuando sales a la montaña con tu grupo de senderismo🚵🏽♀️🏃🏽♂️🏊🏽♀️, creo que estás teniendo un problema de falta de compromiso.
¿A qué asocia entonces –en muchos casos- un terapeuta la falta de compromiso?
A dos cosas principalmente: a que seas no madre / no padre, y a que no quieras sostener exclusividades sexual y/o afectivas. Y a eso queda reducida tu capacidad para comprometerte, a que estés dispuesto a querer o tener sexo con una sola persona, a que entiendas que esa persona es de tu propiedad y por tanto también va a estar solo contigo, o a que necesariamente quieras criar a un bebito a tu imagen y semejanza. Cualquier aspecto que se sale de la norma, que nos ayuda a ser libres para elegir, se convierte en una amenaza para el estatus quo del sistema monogamo-reproductivo, que prefiere que estemos todas dentro de la misma caja estandarizada, más fáciles de gestionar y controlar.
Si alguna vez os encontráis que se asocia en terapia el poliamor, la anarquía relacional o cualquier otro estilo relacional al miedo al compromiso, ya podéis tener nuevos argumentos🛠 para rebatirle a vuestra psicóloga.